Los avances tecnológicos no se detienen. Una muestra se encuentra en las grandes compañías de móviles que continuamente presentan nuevos modelos al público. Por esa razón se ha transformado en costumbre la tendencia de cambiar cada dos años el teléfono celular con la intención de no quedarse atrás con las distintas actualizaciones.
Pero ante esa situación muchas personas se preguntan si de verdad es necesario cambiar de móvil en ese lapso de tiempo. ¿Es tan corta la vida útil? ¿En el tercer año sufrirá muerte súbita? Al final esto depende de varios factores como el uso, el cuidado, la marca o el sistema operativo del dispositivo.
Claro que no siempre se cuenta con la capacidad económica para comprar el nuevo móvil que está causando sensación en el mundo. Cualquiera olvida la idea al mirar su cuenta bancaria en ese instante a menos que ya necesite realizar el cambio. En ese caso para la adquisición se puede buscar un financiamiento con las mejores tarjetas de crédito del mercado, algo que permite resolver el problema rápidamente.
Vale resaltar que gran parte de la población actualmente realiza este tipo de compras con crédito. Pero siempre se deben efectuar movimientos ajustados a la capacidad monetaria, para evitar inconvenientes con la deuda en el futuro.
¿Cada cuánto hay que cambiar el móvil?
Al hablar sobre el cambio del smartphone varios expertos señalan que algunos pueden durar hasta cuatro años sin problemas como el IPhone. Mientras que muchas versiones de Android al segundo o tercer año ya están pidiendo a gritos una sustitución.
Esto también depende del móvil, ya que puede ser gama media alta o gama media. Ese aspecto tiene gran incidencia en la duración del aparato, aunque actualmente prácticamente todos los teléfonos celulares poseen el mismo periodo de funcionamiento correcto.
Una de las grandes razones que determinan la necesidad de cambiar el móvil son las actualizaciones del sistema. Esto sucede con iOs, pero principalmente con los teléfonos Android por las distintas marcas que no realizan la mejora constante del software, algo que termina perjudicando las tareas diarias que se realizan.
Otra razón para cambiar de móvil es la batería. Generalmente no duran más de dos o tres años, aunque un buen uso y mantenimiento puede alargar un poco más su vida útil.
Esta tendencia ha sido criticada por una gran cantidad de personas e incluso algunos gobiernos, quienes vienen acusando a las empresas de realizar “obsolescencia programada”. Todo esto porque se deben cambiar los móviles por las diferentes actualizaciones o aplicaciones de forma obligatoria, no solo por una mejor cámara para fotos o vídeos.
Impacto en el planeta
Esta moda también tiene un fuerte impacto en el planeta. Diversos estudios señalan que se generan 46 millones de toneladas de residuos electrónicos por los móviles que se desechan. Los teléfonos están hechos de materiales como aluminio, oro, cobre o cobalto, que son muy contaminantes, especialmente las baterías de litio
Por ese motivo, organizaciones como Greenpeace desarrollan campañas para darle segunda vida a los móviles y tener una mayor conciencia ambiental.
Características de las tarjetas de crédito
Más allá del tema ecológico diariamente miles de personas caen en esta moda o en realidad necesitan cambiar el móvil. Por eso terminan utilizando financiamiento con una tarjeta de crédito, ya que resulta más cómodo que gastar los ahorros en la compra de un aparato.
Con las tarjetas de crédito se pueden financiar todo tipo de compras. Es muy usada actualmente para adquirir tecnología, como móviles, ordenadores, televisores, al igual que inmuebles para el hogar o regalos.
Además, este financiamiento del crédito permite salir de urgencias médicas o familiares. Las características de las tarjetas son muy conocidas. Permiten realizar pagos e incluso dividir los consumos en diferentes cuotas.
Hay que tener en consideración aspectos como el límite de crédito que depende de los ingresos o experiencia crediticia, así como la tasa de interés anual, las comisiones, la cobertura, el seguro y las promociones.
Con una organización financiera se le puede sacar gran provecho a las tarjetas de crédito para realizar las compras que se requieran sin tocar los ahorros. Pero ojo siempre con responsabilidad y no entrando en la tendencia sin capacidad ni necesidad.
