Normalmente se habla de Arduino como la panacea, un microcontrolador que no se puede comparar al resto y que todo maker que se precie debe de utilizar en sus proyectos. ¿Pero es así?
Arduino nace como una herramienta de prototipado rápido. Algo con lo que cualquiera que programe en C++ pueda entender sin demasiadas complicaciones. De este modo, cualquier informático puede programar una placa Arduino, pero tal vez le cueste más programar otras placas del mercado.
Esto ocurre porque una placa tradicional necesita que se le configuren los puertos, que cada pin se defina y que cada función se cree. Con Arduino, para mover un motor tan solo hay que llamar a la función creada para ello en una librería, o para activar un pin, tan sólo llamar a ese pin por su nombre ya definido. Nada de espacios de memoria, de definición de puertos, nada.
Además, Arduino está protegido ante fallos electrónicos. No se puede quemar un led al conectarlo directamente a la placa por las resistencias internas que lleva. Esto en una placa tradicional sería impensable.
Mirándolo así, Arduino parece la panacea, el sueño de cualquier ingeniero: su trabajo reducido en líneas de código y facilitado electrónicamente. ¿Dónde está el problema? Para prototipar no hay ninguno, es una forma rápida y sencilla de probar. Cosa que se agradece en estos tiempos.
Pero para la producción en escala o para hacer cosas más complicadas la pequeña placa se queda corta. Su facilidad obvia cosas necesarias, y que hay que buscar entre mucha documentación, ya que son cosas poco comunes en la mayoría de casos. Además, de su precio, elevado comparado con otras placas similares como son las de Texas Instruments. Las cuales deben de ser programadas a bajo nivel, estudiando a fondo la placa para conocer sus entresijos, pero que dan una flexibilidad mayor.
Además de su fiabilidad, son componentes más fiables que Arduino, no por nada sino porque este último es una herramienta de prototipado. De hecho, ha aparecido un IDE para las placas de Texas Instruments que se asemeja al de Arduino, de modo que se programa como un Arduino convencional y el propio programa se encarga de transformar lo programado al lenguaje C admitido por las placas de Texas. Este programa se llama Energia. Nombro Texas Instruments por ser de las más importantes, pero las hay muchas más
De este modo, prototipes o construyas fíjate en tus necesidades porque Arduino ayuda, pero no es la panacea.