15 segundos para la autodestrucción. Obsolescencia programada

El pasado mes de octubre Francia puso en aviso a todos los fabricantes. Nada de que un aparato tenga los días contados a partir de su fabricación.

Las multa pueden llegar hasta los 300.000€ y apenas dos años de cárcel, claro esto para una gran empresa es apenas una ligera molestia pero menos es nada y por algo tenemos que comenzar.

Os daré una ligera idea de la obsolescencia programada.

Apple sacó al mercado la primera generación de iPad, el 27 de enero de 2010 , pues después de 5 años, esta maravillosa tableta ya está obsoleta, no recibe actualizaciones, por ende las aplicaciones dejan de funcionar en este dispositivo. Esto no es muy normal que digamos, ya que hay muchos que tienen dispositivos electrónicos que siguen funcionando gracias a que se su software base se puede actualizar o cambiar. Pero a los propietarios de un iPad 1 se les ha dejado en el olvido y si quieren seguir en la onda tienen que subirse al carro del consumismo y comprar una nueva, aunque la anterior funcione perfectamente.

La obsolescencia programada es el motor del consumismo de nuestro siglo, todo caduca. Las empresas no se pueden permitir que compres una cosa cada 10 años, simplemente porque su ingeniería económica no se lo permite, es un hecho que si haces un gran esfuerzo económico para comprarte algo, lo cuidas y esperas que dure mucho tiempo para no tener que comprarte otro. Esto a un fabricante le quita el sueño. Pero con el colchón de la Obsolescencia programada todo duele menos y no podemos negar que les funciona y además muy bien.

Pero esto no solo pasa con los productos tecnológicos, también pasa en muchos otros campos, como por ejemplo en la automoción.

Os explico, ahora existe un nuevo embrague llamado bimasa, este se “fastidia” cada 60.000 km. Los fabricantes dicen que es mucho más eficiente, aunque no se para quien.

En fin, la obsolescencia programada no sufre de obsolescencia programada.