Si bien los exoesqueletos parecen que son sacados de una película de ciencia ficción, actualmente no estamos muy lejos de ello. Manos, brazos, pies y piernas de metal que se acoplan a la perfección en el cuerpo humano y que buscan reemplazar la ausencia de esa extensión del cuerpo, y cada vez lo hacen lo mas parecido posible, hasta el punto que hay manos robóticas capaces de detectar diferentes texturas.
Por otro lado están los llamados cascos sensoriales, que, si bien también parecen ser sacados de una película de ciencia ficción, no son mas que un casco de encefalograma capaz de detectar los movimientos internos del cerebros y convertirlos en señales para que puedan ser procesadas por un ordenador, como el avión que se pilotea con uno de estos. Ahora unos investigadores de la Universidad de Corea y de la Universidad Técnica de Berlín han decidido unir dichos sistemas electrónicos para poder crear el primer casco que es capaz de controlar un exoesqueleto.
Dichos investigadores han sido capaces de crear una interfaz cerebro-máquina que es la encargada de decodificar las señales específicas del cerebro de quien lo use y transformarlos, en este caso, en movimiento. Este sistema está compuesto por un casco de encefalograma (EEG) que está equipado con electrodos que se conectan a un ordenador. La interfaz es capaz de registrar los impulsos eléctricos producidos por el cerebro del usuario que se producen al fijar la mirada en unas luces LED.
Dichas luces LED están instaladas en una especie de tablero que funciona como mando, ubicadas de tal manera para que la señal sea lo suficientemente fuerte y clara para poder ser decodificada. De esta manera, y dependiendo de la luz que el usuario esté mirando, el exoesqueleto se moverá hacia adelante, atrás, izquierda, derecha o se detendrá. Cada uno de los LED parpadea a una frecuencia diferente, y cuando el usuario centra su atención en un LED en particular, dicha frecuencia se refleja dentro de la lectura del EEG, se identifica y se utiliza para poder controlar el exoesqueleto.
Si bien este sistema solo ha sido probado en personas sanas, tiene el potencial para poder ayudar a personas enfermas o discapacitadas. «Las personas con esclerosis lateral amiotrófica (ELA, como la que padece Stephen Hawking) o con lesiones altas de médula espinal se enfrentan a dificultades para comunicarse o para usar sus extremidades. Descifrar lo que pretenden mediante sus señales cerebrales podrían ofrecer medios para comunicarse y caminar de nuevo» dicen sus desarrolladores.
Te dejamos un video para que veas su funcionamiento.