Tu ordenador no da más de si. Ya está viejo y le cuesta mover hasta el más sencillo de los programas, y no digamos ya ejecutar algún juego. Así que por fin te has decidido a comprar otro.
Alguna de las personas que te rodean te han hablado que sale más barato construirte uno encargando las piezas y montándolo tú, así que te decides por probar por primera vez a hacerlo así, ¿qué debes de saber?
Primeras preguntas que debes hacerte
Vamos a darte unas pautas iniciales que marcaran como debe ser el PC que puedes ensamblar y que piezas deberías encargar.
Lo primero y más importante que debes preguntarte es para que vas a utilizar el ordenador. Según lo que le vayas a exigir las partes serán más o menos caras, siendo normalmente los ordenadores dedicados a juegos los más potentes y por lo tanto los que exigen un mayor aporte económico.
Si vas a ser un usuario medio tampoco necesitaras un procesador muy potente y mucha memoria RAM. La mayoría de la gente o usa de solución multimedia para ver películas, series, navegar por internet y ejecutar programas no muy exigentes como Office u otro tipo de suites.
En este caso no necesitas irte a una gama alta de chips ni atiborrarlo de módulos de memoria, sería un desperdicio de recursos.
Por el contrario si su uso será para juegos de última generación y aplicaciones de desarrollo gráfico ahí si que tendrás que irte un escalón para arriba y procurarte un procesador potente e instalarle una generosa cantidad de memoria.
Aunque parezca una trivialidad también debes de saber dónde irá el PC, no solo por la disponibilidad de enchufes, recordemos que torre, pantalla, altavoces y posible impresora necesitarán cada uno su enchufe, si no por el tamaño de la caja que encargarás.
Si te preguntas por qué es esto es debido a que hay distinto tamaño de cajas y cada una de ellas podrá albergar una placa base de distinto tamaño, lo que repercute en el número de slots o ranuras de las que dispondrá, marcando de esta manera la cantidad de memoria que le puedas poner o las tarjetas de expansión que le quieras incluir.
Piezas, piezas y más piezas.
Los catálogos de componentes son muy extensos por lo que aquí van unas pautas para no perderse en ellos.
La construcción de un PC, como hemos dicho, comienza por la selección de la caja adecuada. Los tamaños que se encuentran en el mercado pasan por la microITX, la más pequeña y compacta para soluciones algo más básicas, la microATX, más grande que la anterior, a la ATX, el modelo grande y en el que más componentes te cabrán. A esto hay que incluir las variantes gaming para juegos de los modelos anteriores, que incluyen más ranuras para ventilación o la inclusión de altavoces incorporados.
Seguidamente elegiremos el procesador y la placa base, marcada en cierta medida por el tamaño de la caja elegida y sobre todo por el chip. Esta es la elección más crítica ya que en ella se irá prácticamente la mitad del presupuesto. Irá marcada por el uso que le queramos dar como hemos mencionado. Así si solamente queremos un PC que nos permita navegar y ver videos podemos quedarnos en un procesador sencillo como uno de doble núcleo. Y si va a ser para juegos Premium necesitaríamos irnos a lo más potente del mercado.
A continuación habrá que seleccionar un disco duro para nuestro PC. Una de las mejores soluciones existentes en el mercado son los discos SSD. Estos son de menor capacidad, por el momento, que los tradicionales HDD pero ofrecen una notable diferencia en velocidad. Son ideales como base para instalar nuestro sistema operativo y que este arranque y se mueva rápidamente.
La memoria RAM vendrá después, como siempre influida por el uso a darle. Mayor o menor cantidad influirán en el rendimiento que le queramos exigir. Un consejo sería no usar todas las ranuras o slots disponibles en la placa base, dejando siempre alguno libre para una futura ampliación o actualización.
Como ya hemos comentado si vas a utilizarlo para un uso básico no necesitarás una gran tarjeta gráfica, nuestro siguiente paso, o es posible que directamente no sea necesaria ya que las salidas gráficas que ofrecen las placas base actuales son suficientes para este uso poco exigente. En caso contrario tendrás que irte a gráficas potentes que se nos llevaran un tercio del presupuesto seguramente.
A continuación pasaremos a ver las fuentes de alimentación, cuya elección vendrá marcada por los componentes que hemos incluido e incluiremos. De esta manera si hemos incluido una tarjeta gráfica potente necesitaremos lógicamente una fuente que de mas watios, los necesarios para procesador, placa y disco más los que necesita la gráfica.
Con todo esto ya tendríamos un PC listo para ser usado, conectándole los periféricos necesarios. Ahora ya lo podemos rodear de todo lo que necesitemos o de lo que ya dispongamos, ratón y teclado, monitor o monitores, altavoces, impresora o unidades de lectura y grabación como lectores de CD/DVD/BluRay o lectores de tarjeta. También viene bien siempre colocar alguna expansión delantera de puertos USB si no dispone de los suficientes.
Y por supuesto habrá que contar con sistema operativo que lo mueva todo. Ahí tienes desde soluciones gratuitas como cualquier paquete, o distro, de LINUX a las habituales de pago como serían las distintas variantes de WINDOWS. Si ya disponemos de una solución instalable nos ahorraremos otro buen pico.
Presupuesto y uso marcarán todo.
La construcción de un PC propio puede suponer un buen ahorro con respecto a la compra de uno ya montado y la garantía de la que disponemos es la individual de cada pieza y de la tienda donde las hayas encargado, por lo que no es una cosa insegura.
Siempre atentos a como lo vayamos utilizar para seleccionar los componentes adecuados tendremos un PC nuestro original que podremos disfrutar durante muchos años y con la satisfacción de habérnoslo montado nosotros.
