Mucho se ha hablado sobre los riesgos que comporta el uso del teléfono móvil en el interior de nuestro vehículo mientras estamos conduciendo. En relación con esto, tras la irrupción de los smartphones en el mercado y su popularización, las autoridades competentes se vieron obligadas a recordarnos lo que no debemos y no podemos hacer mientras estamos tras el volante.
Y, sin embargo, a pesar de los graves peligros que esta delicada combinación implica (además de las consecuentes multas y pérdidas de puntos del carné), no es poco frecuente encontrar a personas enviando mensajes a través de WhatssApp, atendiendo llamadas sin manos libres o incluso jugando a su juego favorito en una parada larga de semáforo.
A raíz de todo esto, me planteé hace poco la conveniencia o no de añadir en los móviles un «modo coche» análogo al que ya existe para la navegación aérea. Pero, en seguida, caí en la cuenta de que este nuevo e hipotético «modo coche» duraría muy poco en desaparecer.
Android Auto y Carplay
¿Os preguntaréis el porqué? Pues, sencillamente, porque tanto Apple como Google llevan tiempo planeando dar el salto a la industria del automóvil introduciéndose en los habitáculos de todos y cada uno de nuestros vehículos para dar lugar al coche conectado del futuro. De hecho, ambos gigantes tecnológicos tienen cada uno su propio proyecto para integrar en nuestros salpicaderos su propio sistema operativo móvil (iOS en el caso de la compañía de la manzana mordida y Android en el de la compañía creada por Larry Page y Sergey Brin).
Por una parte, como muchos de vosotros sabréis, la compañía de Mountain View desveló varios proyectos estrella en el Google I/O del pasado junio. Y, entre ellos, no pudo faltar Android Auto, el que nos concierne en este caso. Además, cabe destacar el hecho de que Google se encuentra entre los integrantes de una importante alianza estratégica, llamada Open Automotive Alliance, junto con distintas marcas del mundo de la automoción y otras grandes compañías tecnológicas.
Por otro lado, como es obvio, los chicos de Cupertino no se pueden permitir el lujo de dormirse en los laureles y no les van muy a la zaga (de hecho, su sistema de integración en automóviles se hizo público durante la WWDC de junio de 2013, es decir, justo un año antes de que Google diera a conocer su Android Auto). El nombre que Apple eligió para su sistema de integración del iPhone en el automóvil fue Carplay.
Dada la cuota de mercado de la que disfruta Android en el sector de los smartphones, es lógico pensar que Android Auto será mucho más popular que Carplay. En este sentido, parece que, en un principio, Apple prefirió enfocarse en el mercado de automóviles de gama alta y media-alta (Ferrari, Honda, Mercedes-Benz, Hyundai y Volvo son las marcas con las que ya trabaja). No obstante, da la impresión de que los chicos de Tim Cook se lo pensaron dos veces y cambiaron de planes: a partir de 2015, fabricantes de modelos mucho más convencionales (como Opel, Peugeot, Citroën, Ford, Fiat e incluso Kia entre otros) también lanzarán coches con Carplay integrado.
Veremos cómo van evolucionando las dos plataformas durante los próximos años.
Aquí tenéis, para abrir boca, un vídeo con un adelanto de todo lo que podremos hacer con Android Auto.
Como veis, ¡parece muy prometedor!