Todos los días nos conectamos a Internet, consultamos diversas páginas, contratamos servicios, hacemos pagos online, expresamos críticas u opiniones sobre casi cualquier cosa a través de nuestras redes sociales o de la blogosfera. También, recibimos respuestas de nuestros comentarios, acciones o peticiones a través de la misma. La interactividad, las conexiones en tiempo real, sin límites geográficos u horarios…
Hasta hora, todo parece de lo más normal y cotidiano, ¿no? pues bien, esto hace quince años era inimaginable. La Web ha evolucionado de manera asombrosa, tanto, que ahora es casi el centro de nuestra civilización. La mayor parte de nuestras actividades se realizan en la Web. Gran parte de nuestros procesos productivos y de comunicación se realizan a través de la Web. Cosas tan cotidianas como leer periódicos, comprar comida, pagar servicios públicos, incluso, consultas médicas están siendo realizadas a través de la Web. Muchas personas, sobre todo los de la generación millennials imaginan un mundo sumamente difícil sin la Web, pero, ¿qué es la Web?
La Web.
Wikipedia señala que la “World Wide Web” es un sistema de distribución de documentos de hipertexto o hipermedios conectados vía Internet. Fue desarrollada entre 1989 y 1990 por Tim Berners-Lee y Robert Cailliau en el CERN, en Suiza. Su trabajo se hizo público en 1993, suponiendo un hito en la forma de transmitir datos de cualquier índole. Consiste en un ordenador (Pc, Laptop, Tablet, Móvil), un software explorador de Web (Internet Explorer, Google Chrome, Mozilla Firefox, Safari), una conexión a un proveedor de servicios de Internet (Internet Service Provider – ISP, Telefonica, Jazztel, AT&T), servidores para almacenar datos y enrutadores y conmutadores para dirigir el flujo de datos.
¿Cuántas Webs hay?
En la actualidad se habla de conceptos como Web 2.0 o Web 3.0. Hay casos donde ya van por la Web 5.0, y pareciera que fueran webs distintas, o que se pudieran usar de manera indeterminada, pero, más bien, estos términos responden a distintos niveles o momentos en la evolución de la Web. Al momento de existir la posibilidad de visualizar contenido audiovisual en la Internet –hipertexto- comenzaron a surgir interrogantes sobre cómo o cuál sería el alcance de este hecho.
La primera “clasificación” que se le atribuye a la Web es la conocida como “Web 2.0”. En paralelo se habló de la “Web 1.0”, con el fin de hacer comparaciones entre ambas.
Web 1.0
En la primera ola Web las páginas eran estáticas, enmarcadas, planas. No había interactividad entre ésta y el usuario. El contenido era plano, no se actualizaba. El mayor alcance o posibilidad de “interactuar” con los internautas era a través de un libro de visitas, siempre que estos dejaran datos para comunicarse con ellos aunque en este momento, la intención no era comunicarse con el usuario. La concepción que se tenía de esta Web era divulgativa, donde el usuario era sólo un consumidor de los contenidos. Era una página institucional que no necesitaría cambios, como información histórica o cultural. El diseño y formatos eran muy limitados, pues era una tecnología incipiente (HTML, GIF, esencialmente), por lo que solamente aquellas personas que tenían conocimientos de lenguajes de programación podían crear contenidos. No había rastros de social media.
Existen algunas opiniones sobre una “Web 1.5”, donde se habla del criterio “dinámico” que debería tener una página web. Ya no es sólo información permanente, sino la posibilidad de actualizar el contenido por parte de los creadores de dicha web. Se habla entonces de una web dinámica. Sigue ausente la posibilidad de crear y compartir contenidos, cosa que se verá en la próxima ola web.
Web 2.0
Con el auge de Internet, mejoras en su velocidad y por ende, la posibilidad de transmitir datos de mayor tamaño, surge la posibilidad de compartir contenidos más complejos que texto e imágenes de bajas resoluciones. Los usuarios tienen por primera vez la posibilidad de crear y compartir contenidos. Con la aparición de las redes sociales esta posibilidad se incrementa de forma exponencial. Esta evolución de la web se caracteriza por ser “colaborativa”.
“El termino Web 2.0 (2004–presente) está comúnmente asociado con un fenómeno social, basado en la interacción que se logra a partir de diferentes aplicaciones web, que facilitan el compartir información, la interoperatividad, el diseño centrado en el usuario y la colaboración en la World Wide Web.”
(Fuente: Wikipedia)
Ahora la Web se tiene que entender como una plataforma en sí misma; no hay que instalar ningún software en nuestro ordenador para trabajar en ella más allá de un explorador, se trata de aplicaciones que generan cada vez más colaboración y de servicios que irán reemplazando paulatinamente las aplicaciones de escritorio. Los sitios Web 2.0 con más éxito pueden ser utilizados enteramente desde un navegador.
Con la Web 2.0 surge el término “prosumidores” (productores + consumidores), y hace referencia a los usuarios que ahora crean contenidos, los distribuyen a través de la red y además los valoran a través de sus propias opiniones. Las aplicaciones en la Web 2.0 forman lo que comúnmente se conoce como software social, pues los internautas se comunican de forma inmediata mediante canales de chat, redes sociales o microblogging, producen contenidos en conjunto, sin límites de tiempo o espacio, y a través de herramientas web.
Web 3.0
También conocida como Web Semántica, tiene que ver con el uso de un lenguaje más natural para acceder a los contenidos de Internet. La forma en que se organizaban los datos en la nube y se accedía a ellos era mediante operadores lógicos (OR, AND), de modo que en las anteriores evoluciones de la Web debíamos conocerlos y aplicarlos de manera adecuada. Los resultados eran escasos y poco útiles, por lo que se perdía toda la riqueza de los contenidos existentes. En esta evolución, la web permite el uso de un lenguaje orgánico, común al momento de buscar contenidos.
Con la evolución de la Minería de Datos la Web pasa a tener una estructura más organizada, estandarizada, reconocible no sólo por navegadores de Internet, sino básicamente por cualquier dispositivo capaz de procesar datos. Esto es la base de la Inteligencia Artificial. De esta forma, cada elemento existente en la web es capaz de describirse a sí mismo mediante “folcsonomias” o etiquetas que identifican a dicho elemento y permiten clasificarlo con palabras que pueden ser usadas por buscadores cuando introducimos, en lenguaje natural, nuestros requerimientos en las cajas de texto. Esta información añadida con respecto al elemento subido a la red permite a los buscadores localizar y clasificar mejor la información relacionada con la búsqueda a realizar, mejorando los tiempos de localización de contenidos y la calidad de estos por su mayor cercanía al requerimiento del usuario.
Hay autores que afirman la posibilidad de un salto a lo que denominan “visión 3D”, que consiste en llevar todos estos avances y convertirlos en espacios virtuales en los cuales la gente interactúe como en la vida real.
Web 4.0, 5.0…. ¿Realmente hay más allá?
Hay que tomar en cuenta que en este momento sigue corriendo tinta sobre todas estas afirmaciones, y que aún no hay una opinión única sobre lo que representa la Web 3.0, de modo que hablar de la existencia de otros niveles evolutivos de la web es osado. En Internet podrás encontrar cantidades infinitas de información con afirmaciones que, de una u otra forma estamos viviendo en el presente.
Respecto de la Web 4.0, se dice que consistirá en una profundización aún mayor del entendimiento que las máquinas tienen sobre el lenguaje natural de los humanos, por cuanto aspectos de inteligencia artificial y Web Semántica estarán presentes, así como reconocimiento de voz y experiencias 3D (¿Siri?, ¿Cortana?, ¿Second Life?), así como la supresión de barreras entre el mundo online y offline, algo semejante al “Internet de las cosas” junto al “Internet de las personas”, si es que existe un término parecido.
Esta impresionante generación de datos implica el desarrollo de computadores con capacidad de procesamiento casi idéntica a la del cerebro humano (alrededor de 10^16 cálculos por segundo). Esto permitirá analizar todas las lecturas realizadas en el usuario para interpretar mejor sus requerimientos y dar una respuesta completamente acertada. Esto parece algo escalofriante, viniendo de una máquina.
Hasta ahora, la Web desde su primera generación es capaz de ser multidireccional a través de sus canales de comunicación, ubicua y móvil por nuestros sensores y demás dispositivos, semántica, ya que es capaz de comprender nuestro lenguaje, lo cual la hace de fácil uso y acceso, indexada o clasificada de acuerdo al conocimiento e información existentes y actualizable constantemente, por cuanto obtiene datos nuestros en cada momento.
La evolución de la Web 5.0 contempla la posibilidad de darle capacidad sensitiva y emotiva al ciberespacio, con lo cual la misma sería capaz de reconocer nuestras emociones y /o reacciones ante los eventos que nos suceden. Estamos frente a un “ser humano” creado artificialmente en los laboratorios de Marketing con el propósito de medir nuestros “valores emocionales” y usarlos para ofrecer productos y servicios que, literalmente, nos cautiven.
Dadas las proyecciones actuales esto será posible en unos 15 años, a partir del 2029, pero desde ya podemos imaginar y plantearnos las implicaciones tecnológicas, legales y hasta emocionales que ello implicaría, de concretarse.