Se llama «Sunway TaihuLight» y es el superordenador más poderoso actualmente, desplazando al también chino Tianhe-2 y superando ampliamente al Titan, el más potente de estos equipos actualmente disponibles en los Estados Unidos. Y es 100% diseñado y fabricado en la República Popular China.
El nuevo equipo está basado en el procesador SW26010 que utiliza la arquitectura ShenWei, un diseño del Laboratorio de Investigación en Computación y Tecnologías de Alto desempeño de Servidores y Almacenamiento Jiāngnan que integra en cada uno de sus procesadores 256 núcleos de propósito general y 4 auxiliares para administración del sistema. Utiliza su propio Sistema Operativo denominado Raise OS, el cual está basado en Linux.
En los tests «Linpack», un sistema de pruebas muy utilizado en ciencias y tecnología, marca un sorprendente registro de 93 PetaFlops (10 E 15 -o 10 seguido de 15 ceros- operaciones de punto flotante por segundo) que supera por mucho a los 34 PF del Tianhe-2 y a los 17 de Titan. Su construcción ocupa 40 gabinetes enfriados por agua y consume nada menos que 15,27 Megawatts.
Aunque tras anunciarse su creación, las primeras reacciones fueron de incredulidad y fue descrito como «una arquitectura desbalanceada y pesada de punto flotante sin cache ni memoria suficiente por núcleo» y se le comparó con Blue Gene, el supercomputador diseñado por IBM en 2005, se descubrió la seriedad de su implementación cuando se encontró que el prestigioso Gordon Bell presentó, no una sino tres aplicaciones para el nuevo equipo, entre las cuales destaca una «solución totalmente implícita de la dinámica no hidrostática de las nubes» para simulación atmosférica.
Sunway, la entidad que se encarga de administrar el TaihuLight afirma que el sistema está en plena operación, ejecutando gran número de aplicaciones plenamente implementadas. El lugar donde se encuentra será un «centro público de supercómputo» que ofrecerá sus servicios a usuarios públicos de China y posiblemente también del exterior.
Lo más notable es que Estados Unidos vetó la exportación de procesadores de alto desempeño hacia China luego del éxito del Tianhe-2, que se basa en arquitectura Intel, de modo que el TaihuLight fue creado desde ceros con diseños y producción totalmente locales, poniendo al país asiático como el tercero en lograr construir un equipo de estas características con tecnología propia, luego de Japón y Estados Unidos.
Y el propósito de China no para allí, pues además de tener ahora los dos superordenadores más potentes del mundo, también patrocina la mayor competición estudiantil en este campo, con mas de 170 equipos universitarios en contienda, lo cual demuestra que tienen el poder para mejorar y los recursos para lograrlo.